viernes, 3 de septiembre de 2010

A veces basta con el recuerdo de un bien intencionado...


Ya son dos años.

Esto es un asunto personal, pero necesito compartirlo. Hace dos años murió mi madre, en una fecha como hoy.  Tengo ya 43 y puedo decir que no importa la edad ni el tiempo: Aún duele. Quizá Blush sigue en pie, aparte del valioso trabajo de Claudia,  en parte gracias a su apoyo.  Ella acudía a menudo y convivía con los socios y clientes travestis en Blush. Mi madre nació en 1940, miembro de una de esas generaciones en las que los hombres vestían habitualmente de traje y las mujeres no usaban pantalón. Pueden suponer el choque emocional que traería el hecho de introducirla al mundo travesti de los 2000es.

Pues bien; para mí su legado al travestismo, fue un apoyo incondicional, sin preguntas, sin sarcasmos ni críticas. Una aceptación y fascinación por conocer mas allá que travestis: ¡Personas! Sí, ella veía personas, no indumentarias ni poses. Eso sí: Nunca le dije que yo era travesti. Pero no hacía falta. Ella lo asumía y lo aceptaba por amor.

En fin... para qué especular. Le dedico mi recuerdo, mi permanente pensamiento y una frase que espero poder comunicársela algún día; pero no en este estado de espacio-tiempo: ¡Gracias mamá!

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